Mi nombre es MT, madre adoptiva de una niña maravillosa de 3 años.
Disculpadme que mantenga el anonimato de ambas, pero es una manera de proteger a mi hija, ya que voy a contar una etapa de su vida, para intentar ayudar a las familias adoptivas, y no caigan en el mismo error que nosotros, cuando nos planteamos: ¿Será beneficioso o perjudicial mantener contacto con su familia de acogida?
Cuando hicimos los cursos de formación en nuestra provincia, nos explicaron los tipos de familias de acogida que existían (de urgencia, temporal y permanente). Realzaban todo el trabajo que hacían con esos niños que llegarán a ser nuestros hijos. Hasta ese momento, yo no era consciente del gran trabajo y mérito que tienen esas familias. Esos niños llegan a ellos sin hábitos de higiene, malnutridos, inseguros, temerosos, muchos de ellos sin conocer lo que es una sonrisa, una caricia, que te cojan en brazos para dormirte, y mucho menos lo que es un beso... sin entrar en temas de maltratos, ni consumo...
En los cursos hacíamos casos prácticos para empatizar con nuestros futuros hijos. De en qué condiciones estaban en su familia de origen, y cómo los recibían las familias acogedoras. Después de ellos darles todos los cuidados necesarios, llenarles su corazón de cariño, enseñarles lo que es el amor a través de una mirada, de besos y abrazos, estimularlos, y dedicarles todo su tiempo en hacer que esos niños crezcan con la vida tan feliz como se merecen, así de bien cuidados y amados, los conoceremos nosotros en la asignación.
Oyendo esto, ¿cómo no vas a admirar a quienes han cuidado así a tu hij@, y cómo no te sentirás de por vida agradecido? Para ellos fueron sus salvadores, e hicieron que pudiese comenzar con ellos un nuevo capítulo de su historia de vida. ¿Y quién mejor que contarle parte de su historia que ellos que la han vivido de más cerca?
Por todos estos motivos, en nuestros cursos nos aconsejaban que mantuviésemos contacto con las familias de acogida. Primero por nuestros hijos, porque han sido con los que han vivido durante meses y para ellos son su familia. Y después porque para la familia acogedora también es muy duro, el dejar de saber de esa personita que han estado cuidando como un hijo más.
En cambio, cuando nos llegó la asignación, en la provincia donde pertenecía nuestra hija, ya el primer día que firmamos, nos aconsejaron todo lo contrario... que debía dejar de verlos una vez estuviese con nosotros y se tenía que olvidar de ellos completamente. Y que más adelante cuando ya se hubiese olvidado de ellos, si queríamos, presentarlos de nuevo pero sin decirle quiénes eran... todo nos sonaba muy mal, como una engaño hacia ella... y dijimos que según nuestra información, no era esa la mejor manera de actuar. Pero insistieron en que sí... Decidimos plantear la cuestión a nuestra familia acogedora, la cual nos trataron en el tiempo de adaptación, de una manera extraordinaria y nunca tendremos suficientes palabras de agradecimiento por todo lo que hicieron por nuestra hija durante todos los meses que estuvieron con ella, y por nosotros en nuestra estancia allí. A ellos siempre les habían formado de la manera que nos explicaron en su provincia... los tenían que olvidar... Cuando tuvimos la visita con el técnico y volvimos a los días a firmar para ya ir a casa, sacamos el tema porque no estábamos convencidos de lo que nos decían... y el argumento era que necesitaba olvidarse de ellos para poder querernos y vernos como sus referentes.
Pensamos... bueno pues si ellos que son los profesionales, nos lo dicen tan convencidos... tendremos que hacerlo así... sin estar muy de acuerdo, pero pensando que sería lo mejor para nuestra hija... cedimos y así lo hicimos.
La adaptación fue fenomenal desde el primer minuto, hubo mucha conexión, no tardó en cogernos de la mano, y como a los padres de acogida no les llamaban papá y mamá si no por sus nombres, también facilitó el que a nosotros nos llamasen papás y no hubiese confusión. Nos extrañaba que ella sabía los nombres de toda la familia, y cuando estábamos en la adaptación los llamaba por sus nombres, en cambio desde que llegó a casa, dejó de nombrarlos... Esperábamos que cuando se despertase, se cayese, o cualquier momento donde necesitase protección, los llamase. En cambio, nos llamaba a nosotros y no los nombraba para nada. Eso nos preocupaba un poco y no lo entendíamos, porque no era lo normal... pero ella estaba feliz y bien, así que tampoco quisimos darle más importancia.
La familia de acogida, con la que nosotros sí teníamos contacto y les contábamos y les mandábamos fotos, a las semanas nos mandaron a casa una caja con sus juguetes. Ese día... ese día ella al verlos se quedó impactada porque los reconoció... era como pensando... no era un sueño... era verdad que yo he estado en otra casa antes.... A partir de ese día, la niña dejó de sonreír, de comer, tenía rabietas con mucha facilidad, a ella que le encanta bailar y cantar no tenía ganas de nada... por las noches cada hora y media se despertaba chillando, sudando y tensa de forma que casi no la podía coger en brazos... pero tenía que cogerla y calmarla porque se daba cabezazos y patadas y se iba a lastimar... cuando lograba cogerla, no quería que la tocara, me apartaba la cara, me pegaba y me empujaba, y en cambio a la vez metía sus manos dentro de mi pijama como si quisiese meterse dentro de mí... era un llanto sin consuelo día tras día... se lo comenté a la familia de acogida y le dije que era desde que vio los juguetes, que yo pensaba que como nos dijeron en nuestra provincia, ella tenía la necesidad de verlos y de saber que no la habían abandonado, si no que aunque ella tenía a sus papás para siempre y una casa donde iba a vivir para siempre, necesitaba saber que ellos seguían ahí... Ellos nos dijeron que si pensábamos que era eso, que adelante... que hacíamos una video llamada para que los viesen. Y acordamos un día a una hora. Justo ese día nuestra hija se levantó de la siesta y en medio del comedor se puso a llorar desconsolada chillando, y le preguntábamos si le dolía algo, si quería comer, si quería jugar... y todo era un claro NOOOOO!! Y entonces le dijimos... ¿Quieres ver a tu familia de acogida? Y fue un claro SÍ, mientras su mirada dejó de tener esa tristeza, y vimos calma. Así que como acordamos, hicimos una video llamada y a la niña se le iluminó la cara al verlos! Ella orgullosa les dijo que estaba con mamá y papá y fue con el móvil a enseñarles su habitación... nos dejó sin palabras y nos dio una gran lección...
Hoy sabemos que le podríamos haber evitado ese sufrimiento si hubiésemos seguido nuestro instinto de que nuestra hija necesitaba de ellos. Nuestra hija entendía que no le dábamos permiso para hablar de ellos y por eso no los nombraba. Y era como que no podía echarles de menos por estar ahora con sus papás y no defraudarlos... Al nosotros no nombrarlos le hicimos hasta pensar que quizá ni existían y eran cosas de su imaginación, hasta que al ver los juguetes ella encontró la prueba de que era real lo que ella había vivido... nos enseñó que el amor se multiplica y que todos y cada uno de nosotros tenemos el hueco en su corazón que nos corresponde... Hoy en día mantenemos una relación estupenda entre todos y cuando ella quiere verlos, tiene la libertad y confianza de decirlo y nosotros encantados. Para la familia de acogida también hubo un antes y un después en sus otros acogimientos, porque aprendieron al saber cómo había sufrido nuestra hija, que ellos lo viven como un abandono. Es como si toda tu familia de la noche a la mañana desaparece de tu vida para siempre sin tu haber hecho nada, ¿entenderías la situación? ¿No los echarías de menos? ¿No necesitarías una explicación? ¿No necesitarías saber que están bien? Pues nuestros hijos también lo necesitan de ellos. No les sumemos un trauma más a su dura vida, y facilitémosles el poder expresar sus emociones y el poder seguir sintiéndose queridos por esa familia que los cuidó y amó durante los meses que esperaban a que llegaran sus papás.
Muchísimas gracias. Así es. Soy familia de acogida y nuestra provincia es partidaria de que los peques corten de raíz con la familia de acogida. Y, como nos has contado, es un error. No somos el enemigo, sino los primeros interesados en que el tránsito y posterior adaptación sea lo mejor posible. Cada caso es un mundo, pero has descrito a la perfección cómo se sienten los niños. No deben pensar que han sido abandonados otra vez. Hay que normalizar esta situación. Gracias por tu testimonio.
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EliminarGracias por compartir un testimonio tan íntimo. Me he emocionado mucho y he empatizado con esa chiquitina. Llevo tiempo dándole vueltas a ser madre de acogida y me frena pensar que mis buenas intenciones puedan ser perjudiciales para cualquier peque que llegase a nuestras vidas temporalmente. Esta perspectiva me sirve para inclinar la balanza hacia el acogimiento. Ojalá se disipen mis dudas algún día. Gracias.
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EliminarSin dudar, infinitamente mejor con una familia de acogida (aunque llegado el momento pueda suponer un corte en el vínculo) que en un centro residencial, donde el cambio se da en cada turno de 8 horas 😉
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ResponderEliminarGracias por este testimonio, soy madre de acogida desde hace 2 meses y el niño ha empezado con un comportamiento similar a lo que comentas dese que ha empezado con las visitas de la familia biológica. Esto me ayuda a entender un poco más que puede estar pasando por su cabecita....GRACIAS
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EliminarEl emoji de las risas se me ha colado 🙏🏻😪
EliminarPrecioso!!! así es y así deberia ser, pero cuando has tenido "diferencias" con la administración, te 'castigan" para que nunca más sepas del menor, con lo que ello supone de perjudicial para el mismo. Intentan que haga un reset brutal y te dicen que no te preocupes, que cuando tenga 18 años sabrá que no lo abandonaste...
ResponderEliminarQue horror !! Debemos sumar, nunca restar.
EliminarEso mismo nos dijeron ayer. Que ac los 18 años se enteran de todo. Y pensé y hasta entonces? Va a convertirse en adulto sin encontrar explicación a su vida? Dudo de que sepan que hacen con estos niños.
EliminarDoy fe de lo que dices pues me lo han echo a mi .pero aquí digo yo en la lucha por esos menores que nos necesitan
EliminarComo familia acogedora de peque que llegó a los 11 meses habiendo vivido con una familia de urgencia todo ese tiempo me HORRORIZA que la adaptación a la escuelita haya sido infinitamente más larga que la del cambio de familia. Lo decide la misma administración, sólo cambia la consejería de bienestar por la de educación!!!!!
ResponderEliminarLa crudeza de la separación, de un día para otro de la familia d acogida no es sino un gran daño gratuito a un niñ@ que siente que pierde lo que había conseguido "su familia acogedora" no se dan cuenta los profesionales, que manteniendo un contacto vía telefónica, videollamada... Desde el principio, el menor se adaptaría antes y mejor a sus padres definitivos? Sin sentir que por el camino han vuelto a "perder" con naturalidad y responsabilidad ambas partes, adoptantes y acogedores pueden hacer un gran trabajo, con el menor en su nueva vida, sin tener que sentir el menor que ha sido "abandonado" remar en la misma dirección, con sinceridad y naturalidad.
ResponderEliminarAl final los niños son muy inteligentes. Pongámosle fácil el camino.
Mejor explicado imposible!!!
ResponderEliminarSumar, siempre sumar y no restar, d eso se trata...
Estoy completamente de acuerdo.Somos familia de acogida de urgencia,llevamos ya 10 peques,y por experiencia podemos decir que el contacto con nosotros beneficia al peque y por supuesto nosotros inmensamente agradecidos de verlos crecer felices Aunque hay familias que no ven el cariño y trabajo que hacemos por ellos,a los que queremos como hijos propios,y no quieren saber nada,cortan de raíz con la relación Gracias familia,por vuestra aportación a hacer público este artículo.
Eliminar❤️❤️❤️
ResponderEliminarIncreíble ❤️ Gracias por contar vuestra experiencia, puede ayudar a muchísimas famílias.
ResponderEliminarUn abrazo enorme
Cris. Crianza entre costuras
Somos familia de acogida de urgencia y por nuestra casa han pasado cinco niños , con dos de ellos seguimos manteniendo contacto y es maravilloso . Con los otros , para esas criaturas debe ser muy triste la adaptación , para nosotros ellos no los olvidamos ni un sólo día , recuerdas la fecha de su llegada , la de su partida , su cumpleaños , etcétera . No puedo entender con lo grande que es el corazón humano , como no nos permiten un contacto , que sería muy grato para todos . El niño debería prevalecer sobre todas las cosas , ellos son lo realmente importante
ResponderEliminarDios mío!!!!! Muchísimas gracias por tu testimonio. Somos familia de acogida y en nuestra provincia desde hace muchiiisimo tiempo fomentan el seguir teniendo contacto , yo entiendo que si es peque y se va con familia no quieran que el sepa que ellos hicieron algo mal, pero cuando se van en adopción no entiendo que no quieran tener contacto con sus acogedores, sé que nos pueden seguir llamando papá y mamá pero para un peque no es lo mismo papá y mamá que para nosotros, conozco a mucho mayores que te dicen con total normalidad que tienen tres papas o mamás, los biológicos, los adoptivos y los definitivos. Puedo entender que tengan miedo los adoptivos a que a ellos no les acaben queriendo como a los adoptivos pero eso no ocurre, nuestra labor también es enseñarle con fotos cuando sabemos que se van a ir de sus papás y que les empiece a llamar papá fulano mamá mengana y así tener un mejor acople pero igual ellos deben de darse cuenta que el sentirse abandonado es muy común si se pierde el contacto, no digo llamar todos los días pero si cuando el peque quiera, cumples, navidades..... Desde federaciones de acogimientos estamos luchando porque haya un protocolo en todas las comunidades iguales, pero queda mucho por hacer todavía.
ResponderEliminarVaya tostón acabo de dar pero llevo 4 acogimientos y este último sigue teniendo contacto con nosotros y se nota un montón en el menor y en nosotros que nos da fuerza para seguir e ir a por otro.
Besos y gracias por la publicación.
Muchas gracias por trasladar tu caso. Como bien has dicho el amor se multiplica... Y siempre hay que pensar en el bienestar del menor. Nos resulta de mucha utilidad esta información a las personas que estamos en el proceso. Gracias a todos. Un saludo.
ResponderEliminarYo también soy familia acogedora, por mi casa han pasado tres niñas, con la primera si tenemos contacto, hasta nos hemos ido de vacaciones con ellos y todo
ResponderEliminarY con la segunda se fue hace 14 meses y aunque lis padres adoptivos nos tienen al corriente de todo no hemos vuelto a verla ( y eso me mata).
Actualmente estoy acogiendo a otra menor.
Por lo tanto no puedo estar más de acuerdo con tu testimonio y con todos que estoy leyendo.
Muchas gracias y abrazos
Gracias gracias ,soy familia de acogida con 12 acogimientos en mi vida,acá en mi provincia sucede lo mismo la orden es ni vincular ,hay papás que comprender el enorme daño que se hace y otros deciden cortar y exigir a sus hijos que saben nuevamente !!
ResponderEliminarNosotros somos también una familia de acogida. Ahora tenemos tres niñ@s en casa. Hace un año se nos fue un niño que tuvimos dos años, ha sido muy duro para toda nuestra familia pero más aún para él.
ResponderEliminarNos hemos visto muy poquito, sus papás creen que lo mejor es distanciarnos pero el niño lo está pasando mal, sufriendo por nuestro abandono.
Y ver que no podemos hacer nada es muy duro y desconsolador. El necesita saber que ahí estamos y normalizar la situación.
Se nos rompe el corazón.
A quién se le ocurre que un niño que ya ha vivido un abandono (sea por lo que sea) hacerlo pasar por esto de nuevo es la mejor idea, si prohíben tener contacto con la que ha sido su familia desde su primer abandono hasta la adopción para ellos esto tiene que ser como un nuevo abandono, no será mejor que sepan que su familia de acogida sigue apoyándole? Mucha burocracia, poca lógica y menos corazón
ResponderEliminarFamilia acogedora de urgencia,desde hace casi 5 años. Vamos por nuestro cuarto acogimiento. La primera se fué con 21 meses, después de haber estado 18 con nosotros. Sus papás nos mandan fotos muyyyy de año en año (y cuando yo le pido alguna), nos parte el alma porque la adoramos en casa y, aunque ahora ni se acordará seguro que tuvo que sufrir nuestro abandono. Solo la hemos visto en persona una vez y en cuanto me vio corrió a abrazarme (no sé si sabía quién era). Con mi segunda si tenemos más contacto, aunque no la vemos todo lo que nos gustaría, su madre se preocupa de que sepa dónde y con quién ha estado. El tercero volvió con su madre biológica y no sabemos nada de él (siempre viviremos preocupados). Es muy importante conocer TODA nuestra historia para crecer seguros.
ResponderEliminarCuesta mucho hacer ver a los padres adoptivos, que los de acogida suman y al niño le va mucho mejor con las dos familias, hablo con conocimiento de causa. Gracias y mil veces gracias por ser como son Uds y entender la situación, siempre pensando en el niño/a. Gracias
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